8/12/2012

ni siquiera eso

Habían montado el podio apilando unos colchones de muelles.


Los atletas se adelantaban a recibir las medallas caminando patizambos hundiéndose en esa superficie traidora, lidiando con el ligero rebote que los muelles ejercen al levantar los pies.

La idea es mostrar al atleta como un pobre patoso, distorsionar así el ritual que acredita su gloria.

De alguna manera el atletismo premia la solidez: es el concepto que subyace tras todo la perorata olímpica del esfuerzo, la voluntad, el sacrificio, la resistencia, etc. Y bueno, todo ese blandito humillante como recompensa... menuda bromita.

"Quizás tienes un cuerpo y una voluntad de hierro, pero cuando debes lidiar con lo mullidito eres un ser levemente ridículo, ni siquiera estrepitosamente ridículo, ni siquiera eso"