8/26/2010

domarlo, domarse

Domar un moco, ese proceso de amasarlo, desecarlo. Ese curarlo extrayéndole la humedad poco a poco a base de trabajarlo le parece que, eso, eso sí que es estar con uno mismo.

En momentos así, lo que masajea no es un moco, es la propia alma, la acaricia, la calma, la serena. Una paz profunda, un éxtasis de tranquilidad.

6 comentarios:

  1. ¡Por fin alguien lo dice con todas las letricas!

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  2. Esta entrada ganaría mucho con una foto.

    Eh! Que está bien de todos modos.

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  3. La deshidratación del moco es un ejercicio que debería practicarse en absoluta quietud y silencio (si estamos desnudos, mejor que mejor). Una vez conseguido el ambiente adecuado, dejad, gozosos, que nuestros dedos paladeen como lenguas.

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  4. Un tío bipolar que se doma a sí mismo. Cuando está furioso intenta calmarse y a la inversa. Al final arma un pifostio considerable con su organismo.

    (No olvido ese hijo de puta en broma que me has soltado de sopetón. Igual hay venganza)

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  5. Abuela, ¡le echo de menos!

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  6. Anónimo16:52

    actualiza ya!!!

    manuel noguera

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